Juez de Garantía Mario Alfredo Cayul Estrada Determino: Prisión Preventiva y 120 Días Para la Investigación
ESTA MAÑANA: OCTAVIO QUIZULEF FUE FORMALIZADO POR EL DELITO DE PARRICIDIO CONSUMADO EN CALIDAD DE AUTOR EN LA PERSONA DE SU ESPOSA MARÍA NEGUIPAN 

03/06/2010
Unos 45 minutos duró esta mañana la Audiencia de Formalización de Cargos en contra de Octavio Quizulef, campesino de 34 años, casado y con domicilio en la localidad de Carririñe, distante a unos 5 kilómetros del poblado de Liquiñe en la zona cordillerana de Panguipulli.
Se le imputa una feroz agresión de pies y puños en contra de su esposa, identificada como María Neguipan, de 37 años, madre de sus tres hijos, de 14, 8 y 6 años, a la que terminó estrangulándola con sus propias manos.

En la ocasión el Juez de Garantía, Mario Alfredo Cayul Estrada, tras escuchar a las partes intervinientes, tanto de la defensoría, como de la Fiscal Alejandra Anabalón Zunino, fijó un plazo de 120 días para la investigación y determinó la detención preventiva de Quizulef por el delito de Parricidio Consumado en calidad de Autor en la persona de su esposa María Neguipan, de 37 años.

El imputado arriesga una alta condena, por la forma en que se consumaron los hechos, y  por existir dos condenas anteriores por lesiones en contra de su cónyuge.

Octavio Quizulef. Formalizado por Parricidio

El Diario Panguipulli.cl estuvo esta mañana en la Audiencia de Formalización que se inició a las 11:15 horas en el Juzgado de Garantía. Quizulef guardó silencio y escuchó atentamente cada pasaje de la formalización de cargos en su contra.

Llama la atención la frialdad del imputado, ya que viajó hasta Valdivia junto a una cuñada a retirar desde el Servicio Médico Legal el cuerpo de su esposa, momentos en que fue requerido por efectivos de la PDI.

Más tarde la Fiscal de Panguipulli, Alejandra Anabalón Zunino, se constituyó en la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones en Valdivia, en donde el imputado confesó varios antecedentes del crimen, y de paso lamentó su accionar diciendo: “Estoy arrepentido de lo que pasó”.

La situación se vivió al inicio de la presente semana, cuando la mujer fue hasta Liquiñe a eso de las 17:00 horas a comprar víveres para el hogar y pidió a su esposo que la vaya a buscar a eso de las 19:00 horas. Se encontraron e iniciaron el regreso al hogar y la mujer le comentó que había adquirido y consumido una pequeña botella de aguardiente, pero qué en el bolso llevaba otra y convidó a tomar a su pareja.

Comenzaron a avanzar por los boscosos senderos cordilleranos y aparecieron las primeras recriminaciones por celos. Ante eso la mujer le habría manifestado que estaba cansada de vivir ese tipo de situaciones y que si no cambiaba de actitud, no le quedaría más remedio que buscar a “otro hombre”. Después de varios intercambios verbales llegaron hasta un explanada, momentos en que Quizulef la golpeó y posteriormente la estrangulo. Lo anterior ocurrió a eso de las 2 de la madrugada del martes. Luego el autor material del hecho se sentó al lado de la victima, continuó bebiendo aguardiente y se quedó dormido.

Al despertar se percató que a su lado estaba su esposa pero que no reaccionaba, seguidamente fue en busca de carabineros de la Tenencia de Fronteras de Liquiñe  para dar cuenta del hecho. Relató que su mujer se sentía mal y que había ido a un arroyo en busca de agua pero que al regreso su esposa estaba muerta.

Se procedió al levantamiento del cadáver y se remitió hasta el Servicio Médico Legal de Valdivia para la pericia forense. Hasta ahí la historia seguía su curso normal. Pero el Médico Legista Enrique Rocco Rojas, al comenzar los exámenes tanatológicos se percató que la mujer presentaba una serie de lesiones en distintas partes del cuerpo. 8 costillas del lado izquierdo estaban fracturadas, el cuerpo presentaba erosiones y equimosis en distintas zonas corporales y que a la altura del cuello, tras las pericias, era evidente de que la mujer había sido estrangulada.

De hallazgo de cadáver se pasó a otro nivel en la investigación. En la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones, y ante la contundencia de las pruebas que    lo incriminaban, terminó confesando ser el parricida de su esposa.